En el mundo del comercio electrónico hemos sido testigos de un fenómeno que no deja de asombrarme y a la vez me atrae por la habilidad de quienes lo llevan a cabo.
Permíteme explicarme.
Hace algunos años teníamos un herbolario en línea, una tienda como cualquier otra, con el objetivo de ganar dinero a través de la venta de productos, comprando a 1 y vendiendo a 2 para obtener un margen de ganancia.
El margen era ajustado, pero existía, y con una buena gestión era posible obtener una ganancia.
Con la popularización de los herbolarios, las ventas disminuían y los márgenes se reducían, aunque aún se podía ganar dinero.
Las tiendas físicas comenzaron a quejarse de que vendíamos muy barato y que nuestros clientes preferían comprarnos a nosotros.
Sin embargo, de la noche a la mañana, fuimos nosotros, los dueños de herbolarios en línea, quienes comenzamos a quejarnos.
Aparecieron grandes monstruos en el mercado con una capacidad financiera enorme, que tiraron los precios todo lo que pudieron, incluso vendiendo a pérdida, con el único objetivo de obtener un beneficio a través de los incentivos que les daban las marcas por sus ventas.
Algunos de ellos incluso reducían ese beneficio de los incentivos para aumentar sus ventas.
Es realmente increíble.
Pero la realidad es que nuestro negocio y el de ellos eran diferentes.
Nosotros obteníamos ganancias con cada venta, mientras que esos «monstruos» financieros solo buscaban una venta, la última.
Buscaban vender la tienda por una buena cantidad, por lo que necesitaban aumentar sus cifras de ventas y clientes para hacerla más atractiva.
Invertían en captar clientes y generar ventas para aumentar su volumen, pero luego vendría alguien más astuto para rentabilizar esas ventas.
¿Cuál es el potencial a largo plazo de este modelo de negocio? Yo creo que no mucho, ya que a nadie le gusta invertir constantemente en una tienda.
Sin embargo, hay muchas tiendas que funcionan de esta manera.
En conclusión, el comercio electrónico ha evolucionado enormemente y ha presentado desafíos únicos.
Pero, si bien el enfoque de algunas tiendas puede ser cuestionable, siempre habrá espacio para aquellos que buscan ganar dinero de manera ética y sostenible, ofreciendo productos de calidad a precios justos y brindando una experiencia de compra excepcional.